jueves, 26 de abril de 2012

El valor de la palabra.

    Para muchos de nosotros expresar la frase "Te doy mi palabra" es un choque de conceptos, pues por un lado, fuimos educados que la palabra de un hombre (perdonaran el machismo implícito, pero así se estilaba), era lo sagrado, el valor máximo con el que uno podía ser reconocido en esta vida, por ende,cuando dabas tu palabra algo de mayor cuantía se quedaba empeñado, sin embargo, eso es historia, actualmente nadie reconoce la palabra de otro y mucho menos dignifica la propia, todos hablan, prometen, dicen que se obligan pero a la hora de cumplir, nada, olvidan sus palabras y peor aún la obligación que ellos adquirieron por voluntad propia.

    En los últimos días he visto a gente, que para colmo son abogados, que han olvidado su compromiso, sus obligaciones con sus semejantes, pues como no firmaron un documento argumentan que pudieron decir mil cosas pero eso no tiene validez, se ningunean a si mismos, pues dicen que carecen de valor, son seres que solo valen si han firmado un documento y claro solo si ha pasado por la validez de un notario; les he preguntado si necesitan que un notario vaya tras ellos a cada instante para que sus actos obtengan algun grado de validez, en fin esos seres son asi y hay que aprender a lidiar con ellos, aunque les he puesto el ejemplo de que en una conversacion me comprometí a realizar determinada actividad la he llevado a cabo sin mas precison que el valor que yo mismo me he dado.

   Un abogado que niega el valor de la palabra, no merece ser llamado abogado, si al caso coyote, pero nunca debera ser reconocido con el termino "iurisconsultus" pues olvida que toda obligacion nace al momento que se expresa la voluntad en forma libre, y la primera expresión es precisamente la palabra, asi que aquellos coyotes que niegan el valor de la palabra desconocen las fuentes de las obligaciones civiles.

   Pero este post no tiene la finalidad de escribir sobre temas juridicos, solo externar como en México la palabra de una persona carece de valor, y ello es así, por que nosotros mismos lo hemos llevado a ese extremo, desconocemos irresponsablemente nuestros compromisos que contrajimos y en forma cobarde buscamos una excusa y que mejor que la falta de un documento firmado y notariado, para que no haya ningun tipo de prueba, y como en una disputa legal el juez estara atado de manos pues no tiene mas elementos que la palabra (sin valor) de dos opuestos que claro son contradictorias.

    En necesario que recapacitemos en la forma que educamos a las futuras generaciones, debemos retomar la educación que fomentaba el valor a uno mismo y  al prójimo. En fin espero leerlos pronto.


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